Empecé sin saber absolutamente nada. Con unas pocas mostacillas regaladas, algo de tiempo libre y muchas ganas de crear, hice mis primeros accesorios desde un rincón de mi casa. Al principio lo hacía solo por pasar el tiempo, sin imaginar que ese pequeño impulso se convertiría en un emprendimiento que transformaría mi vida.

No fue fácil. Cometí errores, hice malas inversiones, vendí sin calcular bien los precios y hasta tomé decisiones que afectaron directamente mi negocio. Tuve momentos de muchísima ilusión, pero también de dudas, caídas emocionales y retrocesos. Aun así, cada etapa me regaló una lección valiosa.

Aprendí a valorar mi trabajo, a organizar mi emprendimiento, a adaptarme cuando las circunstancias cambiaban, y sobre todo, a ser paciente con mi proceso. Pasé de hacerlo todo sola, a formar un equipo. Me mudé, volví, me reinventé y aquí sigo, creciendo paso a paso. Hoy puedo decir que no importa dónde empieces, sino con cuánto amor lo haces. Porque cuando trabajas con el corazón, lo demás se construye con el tiempo.

Gracias por estar aquí. Con cada pedido, con cada palabra de aliento, con cada recomendación, te conviertes en parte de esta historia. Este no es solo mi sueño: también es de quienes creen, apoyan y caminan a mi lado, incluso en los aciertos y desaciertos.

Bienvenid@ a esta comunidad que no deja de soñar.